julio 06, 2015


Oscilarás




Golpearás los muebles con tu cuerpo. Creerás que oscilar es normal. Saludarás a tu madre sin mirarla a los ojos. Ella te hablará. Tú responderás. Habrá diálogo entre su ausencia. Saldrás de tu casa. Tarde. Tomarás el autobús. Hallarás un lugar desocupado. Sentirás presión. Es tarde. Alivio. Podrás leer. Subirá una mujer con el vientre mórbido. En él una niña le pateará el hígado. Nadie le cederá el asiento. Todos se harán los imbéciles. Te levantarás. Ella te mostrará una sonrisa. Retendrá vómito en su boca porque estará mareada. Se sentará. Te aferrarás al tubo horizontal que vislumbra una posible seguridad. Oscilarás. Guardarás tu libro en el bolso. Serás la única de pie. Las bestias te observarán. Te minimizarán con sus podridas miradas. Mirarás el rostro de la mujer preñada. Notarás que su piel cambia de color. Te acomodarás el fleco que resbala sobre tu frente. Tendrás ambas manos libres. Un auto se estrellará en el autobús. Todo tu cuerpo caerá sobre la mujer. Gritarán espantosamente. Tu bolsa saldrá por la puerta. Te golpearás la frente y tu hombro se dislocará. Entrarás en chock. Te desmayarás. Abrirás los ojos en medio de la calle Arboleda. Habrá gente a tu alrededor y paramédicos salvando a los más graves. Intentarás levantarte para buscar a la mujer embarazada. Gritarás de miedo. Angustia. Dolor. Tu blusa blanca estará manchada de sangre y de vómito ajeno. Tu jefe te despedirá por impuntual. Tu madre se quitará la vida dos semanas después del accidente. Envejecerás lejos. Recordarás aquel día todos los días. Un hombre de civil te dirá que todo saldrá bien. Te dolerá el hombro. Seguirás gritando. El hombre te dirá que es estudiante de medicina. Se quitará el saco y te cubrirá el cuerpo. Te acomodará el hombro. Será el dolor físico más fuerte que sientas. Llegará otra patrulla. Te subirán en una camilla. El paramédico te preguntará cómo te llamas. Estarás aturdida. El hombre de civil te sostendrá la mano. Lo odiarás por el dolor que te causará. Te sedarán para que dejes de gritar.
                Desconocerás qué pasa. Se nublará tu memoria.
Abrirás los ojos. Preguntarás por la mujer. La enfermera te dirá que murió pero que la bebé estará bien. Todo te dará vueltas. Sentirás asco de estar dentro de una burbuja llena de gente enferma. No dirás nada.
Sanarás pronto. Te sentirás incapaz de volver a subir a un autobús. Vivirás con la imagen de la mujer muerta. De la hija huérfana. De las bestias egoístas que no cedieron su cárcel.
Recibirás una nota. Dirá asesina.
 Volverás a nacer.


                                                                                                
                                                                                                    Brenda Castillo





Desborde



Haré una colina para tenerte ahí, en mis recuerdos, y no alejarte con mi egoísmo. Te sembraré zanahorias y manzanas amarillas. Le pondré nubes al cielo y dejaré que un pájaro muera sobre tu pasto para que crezca una flor.

            Mañana también será hoy, nada habrá pasado, estarás aquí y mi alma no se sentirá sola.

                                                                                 

                                                                                        Brenda Castillo 

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