Ahora entiendo la
urgencia que tengo por hacer cosas tan deprisa; viajar, comer, tatuarme, comprar,
salir, ver a mi familia, ver series, ver películas, llorar, beber, hablar,
disfrutar, amar... Todo lo quiero hacer con urgencia porque no me queda mucho
tiempo. ¿Cómo lo sé? Nací en México, vivo en EDOMEX, nací mujer; eso último me da la
certeza de que debo correr, no me queda tiempo, voy a morir pronto. ¿Cómo? Un
hombre (o varios) decide un día que mi vida le pertenece y si quiere me ultraja,
cercena… me mata. ¿Qué le va a pasar a él (o a ellos)? Nada, es México, aquí se
protege al violador, al acosador, al asesino, al homicida, a la escoria…
¿Si
corro con suerte?, y no estoy segura ya de tenerla, me matará el Sistema de Salud
(como mató a mi hermana). Si me da cáncer, porque hay antecedentes familiares,
el Sistema de Salud mexicano me dejará morir, no me darán un tratamiento adecuado,
serán lo más negligentes, y se acabó. ¿Tú? Tú aquí no vales nada…
¿Cómo
creen que me siento cuando me repito esto todos los días? No soy la única mujer
que vive con miedo, con rabia, con los días contados; claro que no soy la
única. De diez a once mujeres mueren al día a causa de la violencia, de diez a
doce a causa del cáncer. No hay reloj que me asegure cuántos minutos estaré
aquí. ¡No hay hora que deje de mirarme con lástima! No tengo tiempo, la muerte
me persigue y la culpa es ajena. Me van a matar, es la realidad que tenemos
todas las mujeres. TODAS, sin importar la edad, estatus social, NADA, TODAS
CORREMOS PELIGRO.
No
lo quiero permitir, esa decisión no les corresponde. ¿Mi muerte será vengada?
¿Por quién? Por las valiosas mujeres que alzan la voz y que todos los días son
amenazadas de muerte, acosadas y violentadas. También se juegan la vida, también
son emboscadas.
Ninguna mujer merece esta horda inhumana. ¡Los
hombres matan, el Gobierno mata, el Sistema de Salud mata! Vámonos, vámonos
a vivir nuestras vidas, a nuestro ritmo, sin prisa, sin temor. Vámonos, mujeres,
a otro planeta, sin la escoria que anda suelta, sin gobiernos sin justicia. Vámonos
vivas, no al cielo, no a descansar en paz. ¡Tenemos que estar vivas! Vámonos…