¿Te
ha pasado que tienes como esas ganas de escribir pero no sabes qué y escribes y
no entiendes hacia dónde va la cosa y puede quedar un texto bueno, o malo, no
sabes y terminas yéndote al carajo, bien al fondo, ahí, a la niñez, o más al
fondo aún, al útero, o más al fondo…?
¿Te
ha pasado que todo comienza porque el miércoles leíste un texto magistral de un
escritor que conociste en una charla sobre crítica literaria y luego lo agregaste a facebook,
y luego lo seguiste en twitter, y luego boom de pronto eres su sombra, pero en
buena onda porque sólo admiras su mente, eso que expresa tan bien y que a ti
apenas y te alcanza para preguntar “sobre qué voy a escribir”?
¿Te
ha pasado que todo comienza por ti y al final acabas escribiendo las ideas de
la otredad, dirás chingada vida, guardarás el texto, o en su defecto, cometerás
el riesgo de subirlo a tu blog [ya nadie usa blog, ¡me lleva la…!] y ahí se
acabó, adiós, buena suerte, regresa cuando puedas, cuídate?