Rorschach |
Pasa que las conejas
son ninfómanas por voluntad y les gusta saltar para presumirlo. Los conejos se avergüenzan
y se cubren los ojos cuando las conejas, embaladas en su indómito deseo sexual,
se les entregan sin esperar un futuro amoroso a cambio. Los conejos se sienten
sexualmente utilizados y sufren muchísimo porque ellos sí se enamoran.
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Fuimos al bosque a
cazar conejos, pero al final nos arrepentimos. Así que tuvimos que cazarnos
entre nosotros. Seremos felices para siempre.
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El cortejo del conejo es
casi siempre el mismo: Salta sobre la coneja, la coneja se deja saltar y listo.
Ambos quedan cortejados.
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Una zanahoria se
desnuda y enamora inmediatamente al conejo. El conejo hará todo lo posible para
poseer a la zanahoria. La zanahoria se sabe deseada y lo goza malvadamente. El
conejo intenta cortejarla, pero la zanahoria no se deja. Intenta invitarla detrás
de un árbol para hacer cosas, pero la
zanahoria no se deja. Acomplejado, el conejo decide pagar por los servicios de la
zanahoria, ésta accede, sin embargo, cuando llega el momento de poseerla; una
coneja, con total alevosía, toma del rabo a la zanahoria y se la come. El
conejo admira a la coneja. La coneja, con los labios llenos de zanahoria, intentará
poseer al conejo.
Brenda Castillo